Entrevistas Laborales: la importancia de la primera impresión
Más allá de las capacidades y habilidades, para conseguir un puesto de trabajo la primera impresión es fundamental, es aquella que no se puede modificar, la que queda grabada en el otro. La presencia tiene gran importancia y aporta credibilidad y solidez a las palabras. La imagen es una herramienta para conseguir un puesto.
Para ir a una entrevista de trabajo tenemos que vernos eficientes e impecables. Más allá de nuestro estilo personal o nuestra posición social en la vida cotidiana, la imagen que busca empleo debe concordar con el estilo general de la empresa en la que se presenta y con el puesto al que aspira.
Conocer a alguien que trabaje dentro de la empresa puede ser de gran ayuda para conocer las características generales de la imagen de sus empleados. También podemos acceder a esa información entrando en la página web.
Se lleve lo que se lleve debe ser adecuado al ámbito donde se presentamos.
La topa tiene que estar en excelentes condiciones, limpia y bien planchada, sin muchos accesorios y ser más bien discreta.
En los casos en que hay que incluir una foto en el curriculum, no es aconsejable presentar fotos recortadas de otras más grandes o que nos muestren en situaciones de ocio y tiempo libre, o nocturnas. En la foto debe verse bien a la persona, con actitud positiva, prolija y eficiente, sin mucho maquillaje.
Para ir a la entrevista es importante hacer una prueba de vestuario unos días antes y asegurarse de que todo esté en condiciones: que el conjunto funcione bien, que los cierres suban y bajen, que no falten botones.
Ciertos detalles son fundamentales, como las uñas limpias y de un largo óptimo (las largas dan la imagen de que no se trabaja mucho), nunca rotas ni desalineadas, con brillo natural y no con color. La cara debe tener el maquillaje justo: el exceso se ve como una máscara, y la cara lavada da la impresión de que descuidamos nuestra imagen. El perfume debe ser liviano, nada agresivo ni pesado ni abusivo del espacio; si eres fumadora, jamás debes oler a cigarrillo. El cabello debe lucir prolijo, puede llevarse suelto o recogido. Si es muy largo, un chignon o cola de caballo puede ayudar: mucho cabello suelto sobre la cara no es recomendable.
Si nos convocan a una segunda entrevista, es señal de que vamos por un buen camino. En este caso, es importante conservar el estilo de la primera entrevista, sin repetir el atuendo.
Para ir a una entrevista de trabajo tenemos que vernos eficientes e impecables. Más allá de nuestro estilo personal o nuestra posición social en la vida cotidiana, la imagen que busca empleo debe concordar con el estilo general de la empresa en la que se presenta y con el puesto al que aspira.
Conocer a alguien que trabaje dentro de la empresa puede ser de gran ayuda para conocer las características generales de la imagen de sus empleados. También podemos acceder a esa información entrando en la página web.
Se lleve lo que se lleve debe ser adecuado al ámbito donde se presentamos.
La topa tiene que estar en excelentes condiciones, limpia y bien planchada, sin muchos accesorios y ser más bien discreta.
En los casos en que hay que incluir una foto en el curriculum, no es aconsejable presentar fotos recortadas de otras más grandes o que nos muestren en situaciones de ocio y tiempo libre, o nocturnas. En la foto debe verse bien a la persona, con actitud positiva, prolija y eficiente, sin mucho maquillaje.
Para ir a la entrevista es importante hacer una prueba de vestuario unos días antes y asegurarse de que todo esté en condiciones: que el conjunto funcione bien, que los cierres suban y bajen, que no falten botones.
Ciertos detalles son fundamentales, como las uñas limpias y de un largo óptimo (las largas dan la imagen de que no se trabaja mucho), nunca rotas ni desalineadas, con brillo natural y no con color. La cara debe tener el maquillaje justo: el exceso se ve como una máscara, y la cara lavada da la impresión de que descuidamos nuestra imagen. El perfume debe ser liviano, nada agresivo ni pesado ni abusivo del espacio; si eres fumadora, jamás debes oler a cigarrillo. El cabello debe lucir prolijo, puede llevarse suelto o recogido. Si es muy largo, un chignon o cola de caballo puede ayudar: mucho cabello suelto sobre la cara no es recomendable.
Si nos convocan a una segunda entrevista, es señal de que vamos por un buen camino. En este caso, es importante conservar el estilo de la primera entrevista, sin repetir el atuendo.
En resumen:
- No importa qué tipo de empresa sea o a qué puesto aspiras, no llegues a la entrevista con jeans, ni vestimenta muy casual o deportiva.
- Recurrir a los básicos nunca falla: un vestido negro, un traje de pantalón y blazer, o falda y camisa. Después vas a tener tiempo de adaptar tu vestuario diario al estilo de la empresa.
- Evita la informalidad: a las remeras de algodón reemplazarlas por camisas o blusas; a los borcegos por calzado cerrado y clásico como los imbatibles stilettos; a las calzas de todos los días, por pantalones.
- La ropa y los zapatos tienen que estar en perfectas condiciones. Nada de roturas, ruedos descosidos o desgastados.
- No exageres con los accesorios. Los maxi aros resérvalos para una noche con amigas. Nada que distraiga a tu interlocutor de la conversación es recomendable.
- Evita los colores estridentes y las estampas muy llamativas. Es preferible usar colores más conservadores como el azul. El negro funciona bien, pero combínalo con alguna tonalidad cerca de tu rostro que pertenezca a tu paleta personal.
- tu manicura tiene que estar perfecta, y no es un buen momento para mostrar la nueva línea de esmaltes estridentes. Es preferible apenas un brillo.
- Esto también cuenta para el maquillaje, el peinado y el perfume. Lo ideal es que el make up sea natural. Podes llevar el pelo recogido y si lo llevas suelto, asegúrate de tenerlo prolijo y bien peinado.
- Siempre recuerda que es un muy buen gesto hacia la otra persona el hecho de que te hayas tomado tu tiempo para vestirte y prepararte para la ocasión.
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